Primero elegimos los productos a vender y después pusimos y etiquetamos el precio de cada cosa, pero para hacerlo más matemático no pusimos el precio final, si no que escribimos una suma sin el resultado.
A continuación fue el turno de comprar y vender, así que primero cogimos nuestros libros y apuntamos las sumas de las etiquetas y realizamos la operación. Después nos dirigimos a la tienda y pagamos nuestra compra.